La fase de requerimientos implica recopilar, analizar y documentar las necesidades y expectativas del cliente para el sistema de software. Es fundamental para garantizar que el producto final cumpla con las expectativas del usuario y funcione correctamente en su entorno de operación.

La fase de diseño consiste en planificar la estructura del sistema de software, definir la arquitectura y los componentes principales, y diseñar la interfaz de usuario. Un buen diseño facilita el desarrollo y el mantenimiento del sistema, y mejora la calidad del producto final.

La fase de construcción incluye la programación y la implementación del diseño en código fuente. Durante esta fase, los desarrolladores trabajan en la creación de los módulos y funcionalidades del sistema, asegurándose de seguir los estándares de codificación y las mejores prácticas.

La fase de prueba se centra en verificar y validar que el sistema de software funcione correctamente y cumpla con los requerimientos establecidos. Las pruebas pueden incluir pruebas unitarias, pruebas de integración, pruebas de sistema y pruebas de aceptación por parte del usuario.